Inés 31.01.2011 |
Mi hija Cuando mi peque tenía 8 meses, se cayó de la cuna, dándose un gran golpe en la cabeza. Allí, en la UCI, estuvo para su papá y para mí, 15 interminables días, de los cuales, no nos separamos de ella ni un instante. Veíamos como ella, nos miraba a través del cristal y lloraba porque nos reconocía y quería estar con nosotros, se pasó toda la hospotalización agarrada a su almohada, la que tenía en su cunita.
Una vez fuera, se recuperó y todos pudimos volver a casa felices y contentos, pero el mal trago, despúes de años que ya ha pasado, lo recuerdo como hoy.
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